Articulo ofrecido por TAyA
La mayor parte de las tesorerías de las grandes empresas cuentan con un sistema de gestión de tesorería (SGT), entendiendo por tal, un programa informático especializado diseñado expresamente para cubrir los procesos que se deben gestionar en un departamento o unidad de tesorería, y no meros programas de conciliación bancaria, derivados de los programas contables.Estos SGT, tienen una amplia implantación en numerosos países, entre ellos España, donde llevan décadas presentes en el mercado, siendo numerosas las empresas que cuentan con alguno de ellos.
El diseño de estos sistemas, sin embargo, en
ocasiones está realizado exclusivamente para ofrecer la información relativa a
la gestión de la posición (previsiones y seguimientos) y al control de las
condiciones aplicadas por los bancos (fechas valor, comisiones y liquidaciones
de intereses), pero carecen de una serie de herramientas como son los
indicadores a los que nos vamos a referir, que resultan de gran
ayuda para la mejora continua de la gestión de la tesorería. Estos
indicadores de diagnóstico y control, deben ser fundamentalmente de tres tipos
y conseguir otros tantos objetivos:
1.
Ayudar en el control de la tesorería: Estos indicadores deberán avisarnos cuando se
produzca una circunstancia en nuestra actividad diaria, que no se ajuste a los
rangos de tolerancia que hayamos definido previamente.
2.
Facilitar el diagnóstico de la tesorería: Tienen la finalidad de cuantificar el resultado de
nuestra gestión y la capacidad de mejora que podemos conseguir en algunos
aspectos de la misma.
3.
Asegurar la coherencia de la información: Su misión es avisarnos cuando no se cumplan
determinadas normas u objetivos de coherencia que hayamos establecido.
Su objetivo por tanto consiste en aportar
información inmediata sobre determinados aspectos de la gestión de tesorería
que sean de interés en nuestra empresa. Por esta razón, cada entidad deberá decidir cuáles son los que más le
interesan y mejor se adaptan a sus necesidades particulares.
Es conveniente que estos indicadores, sean
semafóricos, de forma que de un simple vistazo, a modo de “Check list”, podamos revisar un panel de control compuesto por
una serie de indicadores que nos avisen cuando alguno de los parámetros qué
hemos diseñado, no se ajuste a lo que habíamos planificado y se superan los
márgenes de tolerancia establecidos.
El nivel del aviso o color del semáforo lo indicará
también cada empresa en función de su operativa y volúmenes gestionados. Es
decir, determinaremos el grado de
desviación o nivel de tolerancia al que, una vez sobrepasado, queremos que
estos indicadores nos avisen. De esta forma, sin necesidad de solicitar un
informe específico - cosa que en muchas ocasiones, debido al enorme componente
de “tesoreros bomberos” que incorporamos a nuestra actividad diaria, no tenemos
tiempo de hacer, ya que las urgencias nos impiden en muchas ocasiones realizar
el análisis y control diario de nuestras actividades con el tiempo y la calma
que serían necesarios - sabremos que debemos revisar una actividad
concreta y prestarle una especial atención ya que los datos obtenidos se
desvían respecto al nivel que teníamos marcado como aceptable.
Indicadores de control de la primera
categoría, que nos indican una desviación respecto a un objetivo, son los
siguientes:
•
Desviaciones entre los distintos niveles del presupuesto de tesorería
•
Porcentaje de
deuda no cubierta o fuera del objetivo
•
Porcentaje de
riesgo en divisas no cubierto o fuera de objetivo
•
Desviaciones al
presupuesto de gastos financieros
•
Desviaciones en
el negocio bancario comprometido
•
Alerta sobre
descubiertos
•
Disponibles
previstos
Los indicadores de diagnóstico, cuya misión
es informar del resultado de nuestra actividad para ayudarnos a detectar
oportunidades de mejora y a cuantificar el resultado de nuestra gestión, son
los que se citan a continuación:
•
Ahorros
potenciales por saldos ociosos
•
Cuantificación
del error de distribución (provocado por una incorrecta asignación del negocio
bancario)
•
Coste /
Rentabilidad real de los recursos financieros
•
Coste de la
relación bancaria
Por último, algunos indicadores de coherencia
que podemos incluir son del siguiente tenor:
•
Coherencia de saldos
presupuestarios
•
Coherencia de los cash-flows
del periodo con las variaciones de la
tesorería neta (saldos/endeudamiento/inversiones)
•
Coherencia de
información similar proveniente de sistemas distintos.
Todos estos indicadores, que desarrollaremos en próximos artículos, deben
incluirse en los sistemas de gestión que tengamos, y deberían incorporarse a
los mismos como mejores prácticas de tesorería. Es obvio que para conseguir una
correcta gestión de la tesorería debemos contar con los sistemas de información
adecuados, pues de ellos dependerá nuestra efectividad y capacidad de actuar
conociendo todos aquellos elementos que puedan ayudar a adoptar la mejor
decisión posible. Si tenemos un sistema de información que funcione
correctamente, la elaboración de indicadores de control, diagnóstico y coherencia
debe ser nuestro próximo objetivo a alcanzar. En la actualidad algunos SGT
empiezan a incorporar una serie de indicadores, siendo esto una de las
prestaciones que los distinguen de su competencia. Esperemos que en el futuro
todos los sistemas especializados en la gestión de tesorería los incluyan en
sus distintas versiones.
Si quieres contribuir con tu experiencia y punto de vista sobre este tema puedes hacerlo en el apartado de comentarios. Para facilitar su difusión y participación en otros debates, te animamos a que lo compartas. Muchas Gracias.
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