A pesar que se han producido importantes avances, sigue
existiendo cierto desconocimiento en relación a las actividades a realizar en el área de tesorería para lograr los objetivos fijados y en especial aquellos directamente
relacionados con la “creación de valor”. Vamos identificar las principales actividades y los
aspectos más importantes a tener en cuenta en cada una de ellas:
Las actividades administrativas son las tareas
manuales y automatismos necesarios para poder ejecutar los diferentes procesos.
Son fundamentales, y no solo porque algunas son de obligado cumplimiento, sino porque
a través de las mismas logramos obtener la información necesaria para la toma de las decisiones de gestión.
Este tipo de actividades requiere de procedimientos bien
definidos y centrar las acciones en lograr la mayor automatización posible para
liberar recursos en favor de otro tipo de actividades con mayor valor añadido.
Por citar algunos ejemplos tendríamos actividades como la
recepción e integración de movimientos (bancarios, contables y previsionales), conciliaciones, contabilidad de apuntes, los envíos de
remesas y la propia gestión de la documentación, etc.
Las actividades operativas son las que se concretan
en el día a día a través del seguimiento y toma de decisiones en base a la
posición diaria, como por ejemplo los traspasos, decisiones de financiación a
corto plazo, asignación de cobros y pagos, compra/venta de divisas o anticipo
de coberturas, las colocaciones de excedentes, etc.
Para desarrollar correctamente estas actividades
administrativas y operativas es fundamental identificar las necesidades de
información, principalmente con origen en los sistemas de gestión con
los que cuenta el área financiera (ERP o sistema contable, estimaciones de tesorería, etc.) y en la información bancaria.
El resultado final de estas actividades estará
condicionada por el grado de integración de la información y los procedimientos empleados para su tratamiento a
través de la ejecución de los diferentes procesos en el Sistema de Gestión de Tesorería.
Las actividades directivas van dirigidas a establecer
objetivos e implementar las medidas
necesarias para su ejecución y consecución. Siendo para ello necesario.
- Diagnosticar: recoger y analizar datos e información de partida.
- Decidir: establecer objetivos parciales para los distintos procesos.
- Planificar: definir y establecer procedimientos sobre las acciones a realizar para alcanzar los objetivos marcados.
- Controlar: cuantificar y analizar las causas de las posibles desviaciones.
En
el desarrollo de estas actividades directivas, el responsable de tesorería ha
de tener siempre presente los objetivos financieros, objetivos de liquidez, las
políticas de cobertura de riesgos así como la estructura de endeudamiento.
Anticipar al máximo las futuras posiciones de
liquidez así como facilitar informaciones sintetizadas relativas tanto a las posiciones
netas de tesorería así como a su instrumentalización.
Cuantificar, en cada momento, aspectos como el coste/rentabilidad
real de los recursos financieros o los resultados reales y potenciales por
diferencias de cambio o por la variación de los tipos de interés, siguiendo la evolución
de los mercados financieros y su impacto en los resultados previstos.
Para
este último bloque de actividades directivas, herramientas como el Cuadro de Mando y los indicadores de gestión nos permitirán diagnosticar y
controlar adecuadamente la situación del área de Tesorería.
Juan Luis Blat
Gerente consultoría - TAyA
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